J. Manuel Vidal-Cordero

Biólogo, Zooloco, Artista, Ludópata y amANTe de las hormigas

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GORRONAS AVISPADAS

Publicado por J. Manuel Vidal-Cordero el 28/02/2021
Publicado en: ZoeProject. Etiquetado: abeja, abejasolitaria, animal, apidae, arthropoda, biodiversidad, biodiversity, concienciacion, conservación, divulgación, hymenoptera, insect, insecta, insecto, nomada, soliterybee, wildlife. Deja un comentario
Un macho de la abeja parásita Nomada agrestis se asolea en plantas ruderales del margen de un camino. Camino de Guillena, La Algaba, Sevilla (Andalucía, España), 14/02/2021.

Lo que tienes ante ti es una abeja. Por su coloración, podría parecerte una avispa, incluso vuelan con las patas colgando como ellas, pero ese denso bello rojizo la delata, al igual que verlas libar el néctar de los jaramagos con su lengua. Cuando se habla de abejas, lo normal es que pienses en la abeja doméstica (Apis mellifera), esa que vive en sociedades y de la que el hombre ha sabido beneficiarse desde hace siglos. Pero la verdad es que, de las más de 1000 especies de abejas existentes en la Península Ibérica, la abeja doméstica es una excepción en su modo de vida, ya que la inmensa mayoría de especies son solitarias y cada hembra se tiene que currar por si sola su propio nido. Muchas especies de abejas presentan patas dotadas de un denso bello con el que recogen el polen que almacenan en sus nidos para alimentar a su futura descendencia. Una vez la despensa de polen esté lista, colocan los huevos de los que salen unas larvas que se alimentan del preciado alimento. Parece que la fama de buenas trabajadoras, siempre otorgada a las abejas domésticas, trasciende familias, géneros y especies. Pero, esto no ocurre con la abeja de la fotografía: Nomada agrestis, en la cual, la ausencia de pelos en sus patas denota una forma de trabajar distinta o de no trabajar… Podrías pensar que esta abeja almacena el polen en otro lugar, como lo hacen otras especies de abejas que llevan el polen debajo del vientre, por ejemplo, pero la realidad es mucho más rebuscada si me permites usar la expresión. Nomada agrestis, como todas las especies de su género, se aprovecha de los recursos recolectados y almacenados por otras especies de abejas para criar su descendencia, una relación conocida como cleptoparasitismo. La avispada abeja deja un huevo en el nido de otra especie de abeja, que eclosiona antes que los huevos del hospedador y la larva se come la reserva de alimento. ¿Para qué tanto trabajar recogiendo polen si ya lo hacen otras por mí?.

#011 alucinANTes servicios de sanidad pública

Publicado por J. Manuel Vidal-Cordero el 26/02/2021
Publicado en: alucinANTes. Etiquetado: animals, ants, biodiversidad, biodiversity, concienciacion, conservación, divulgación, formicidae, hexapoda, hormigas, hymenoptera, insecta, insectos, insects. Deja un comentario

La faceta bélica de las hormigas es bien conocida en el mundo entero y su fama les precede. Por lo tanto, no sería raro pensar que, en el mundo de las hormigas, también haya cabida para servicios de sanidad pública con los que poder recuperar a aquellos individuos heridos tras las cruentas batallas. Mucho antes de los primeros nosocomi de la antigua Roma, en la África subsahariana, la hormiga matabele (Megaponera analis) ya hacía uso de este gran descubrimiento del que también nos otorgamos el mérito. Las hormigas matabele se alimentan de termitas, a las cuáles les dan caza en destacamentos de 200 a 600 individuos. Pero, las termitas son fieros rivales y cuentan con un gran arsenal de armas tanto mecánicas como químicas, lo cual desemboca en encarnizadas batallas. Como resultado de estos enfrentamientos, muchas hormigas terminan gravemente heridas: patas o antenas cortadas, perforaciones y otros daños que, si no son tratados debidamente, podrían terminar en la muerte de la cazadora. Pero las hormigas heridas saben muy bien cómo comportarse en esta situación. De camino al nido, las hormigas heridas emiten una sustancia química volátil, una feromona, que informa a sus compañeras de su estado de salud. Tras recibir la llamada de socorro, compañeras de nido sanas acuden al rescate y en muchos casos incluso transportan a las hormigas heridas al hormiguero ahorrándo el viaje a las suplicantes heridas. En el interior del nido, las hormigas sanas actúan como enfermeras lamiendo con gran cuidado, y por varios minutos, las heridas de sus compañeras. Parece que la saliva de estas hormigas contiene sustancias antimicrobianas o antifúngicas que impiden la infección de las heridas con la posterior muerte. Un hecho alucinante que se puso de manifiesto cuando en experimentos de laboratorio se observó como las hormigas heridas sobrevivían con mayor probabilidad cuando eran tratadas con los atentos cuidados de las compañeras enfermeras. Cuando creíamos que habíamos inventado la enfermería…Ayúdame a dar a conocer este alucinANTe mundo, ¿compartes?

UNA VIEJA CON RECURSOS

Publicado por J. Manuel Vidal-Cordero el 20/02/2021
Publicado en: ZoeProject. Etiquetado: animal, biodiversidad, biodiversity, BioProject, concienciacion, conservación, divulgación, reptil, testudines, testudinidae, testudograeca, tortugamora, tortugaterrestre, wildlife. Deja un comentario
Una tortuga mora (Testudo graeca) toma el sol una tranquila mañana de febrero. Reserva Biológica de Doñana, Huelva (Andalucía, España), 17/02/2020.

Ha pasado justo un año de este recuerdo, pero es una imagen difícil de olvidar. Esa boca desdentada, que le da un aspecto arcaico y simpático al mismo tiempo, es el fruto de una carencia de piezas bucales, que lejos de estar relacionada con la vejez, son sustituidas por unos bordes duros muy eficaces para cortar las plantas de las cuales se alimentan. De aspecto prehistórico y movimientos poco gráciles, la tortuga mora pasta en campo abierto cual ganado sin depredador. Y es que, a partir de cierta edad y tamaño, son pocos los depredadores capaces de abrir con su pico, garras, dientes o zarpas la coraza que hacen a estos animales tan singulares y famosos. Si algo la molesta, solo tiene que quedarse unos minutos bajo el amparo de su caparazón, no replegando su cabeza debajo de él como la mayoría de la gente piensa, sino doblando hacia abajo sus vértebras cervicales. Sin embargo, en la actualidad solo existen dos poblaciones de esta longeva vegetariana en la Península Ibérica. Una de ellas, la de mayor distribución, se encuentra en el sur de la provincia de Murcia y el norte de Almería. La otra se encuentra en Doñana. La presión del hombre sobre su hábitat por prácticas agrícolas, los incendios forestales y, sobre todo, el urbanismo salvaje son las principales causas de su regresión y de que actualmente se encuentre en grave peligro en la Península Ibérica, habiendo sido catalogada como de interés especial tanto por la legislación nacional como autonómica.

FLORES QUE ENCANDILAN

Publicado por J. Manuel Vidal-Cordero el 13/02/2021
Publicado en: ZoeProject. Etiquetado: aristolochiabaetica, aristolochiaceae, aristoloquia, balsamina, biodiversidad, biodiversity, BioProject, candil, concienciación, conservación, divulgación, flor, plant, planta, wildlife. Deja un comentario
Flor de Aristolochia baetica encaramada al tronco de un pino piñonero. Pinares de Aznalcazar (Sevilla, España), 01/02/2020.

Ya pueden observarse esos candiles de color púrpura encaramados a los arbustos y árboles de zonas especialmente húmedas y de umbría. Tradicionalmente, en Andalucía, los niños cortaban estas flores, las invertían y las llenaban de aceite para jugar con ellas como si de candiles se tratasen. Hoy día, sería más fácil imaginar que los niños, cansados de invertir su tiempo frente a las pantallas cotidianas, encuentren más parecido entre las flores de la aristoloquia a las plantas carnívoras en forma de jarra que han visto en los documentales, antes que a un candil.  Y es que, lejos de pertenecer a esta familia de plantas carnívoras, la flor de la aristoloquia no deja de ser también una trampa natural. Cuando la flor se abre, produce un olor un tanto repulsivo, corrupto, que atrae a unos polinizadores muy particulares, las moscas. Al entrar cargadas de polen de otras aristoloquias a las que han visitado, las moscas fertilizan el estigma de la flor con sus movimientos en su intento de alimentarse e incluso escaparse. La aristoloquia aprisiona a sus visitantes gracias a la posesión de unos pelos rígidos, y dirigidos hacia el interior, que tienen en el tubo por donde las moscas entran, permitiendo la fácil entrada de los visitantes, pero una dificultosa salida. Una vez la flor es fertilizada, las partes masculinas maduran y liberan su polen impregnando a sus prisioneros, los pelos rígidos del tubo de ingreso pierden su turgencia y las engañadas moscas son liberadas para que puedan ser engatusadas de nuevo por el olor de otra aristoloquia. A este tipo de flor en la que las partes femeninas de la flor maduran antes que las masculinas, se le conoce como flor protogina, y es una sofisticada estrategia de la naturaleza con la que se evita la auto-polinización.

SIN SIROCO, AÚN HAY MOCO

Publicado por J. Manuel Vidal-Cordero el 07/02/2021
Publicado en: ZoeProject. Etiquetado: babosa, bichos, biodiversidad, biodiversity, BioProject, concienciación, conservación, divulgación, drusiavalencienni, gastropoda, health, mollusca, parmacellidae, slug, wildlife. Deja un comentario
Drusia valencienni se desplaza por el suelo aún mojado por el rocío de la noche. Monte Dehesa de Jarrama, Zufre (Huelva, España), 02/02/2021.

La humedad y la temperatura, que a más de una persona les vale como excusas para quedarse en su casa en esta época del año, son condicionantes para los paseos de estas mocosas virgencitas de largos mantos. Las bien conocidas babosas, un término que no tiene ningún significado taxonómico porque incluye animales de diferentes grupos. La de la foto es Drusia valencienni, un endemismo peninsular bien adaptado al ambiente mediterráneo, cuya coloración puede variar dependiendo de la época del año de un marrón oscuro verdoso a un marrón rojizo e incluso anaranjado. De las más de cincuenta especies que existen en la Península Ibérica, es la única babosa terrestre cuyo manto (esa parte de su cuerpo decorada de manchas oscuras y alargadas) ocupa más de un tercio de todo su cuerpo. No llueve para todos igual, y estos días húmedos y lluviosos son excelentes para producir moco, esa sustancia sin la cual, las babosas no pueden desplazarse en esa lenta procesión que tanto las caracteriza. Cuando el sol asoma entre las nubes de invierno y la humedad decae también lo hace su actividad. Es fácil encontrarlas echas una bola reduciendo la superficie de su cuerpo para evitar la desecación y refugiadas bajo piedras, cortezas o bajo el amparo del rocío de las hierbas invernales.  

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